y una coraza indestructible en el pecho.
Tengo cuentagotas por ojos y cuchillo por lengua -madre-.
Soy dueña de tres mil promesas hirientes.
Llevo conmigo universo en las manos, y exploto
agresiva
violenta
en tus brazos.
Cuento con balas los besos que aún me debo,
y con flores los quiero que aún no he dado.
Soy la marea que baja un Domingo de Mayo,
soy un océano.
Soy playa y soy arena.
Soy desierto.
No soy colibrí,
ciudad,
verso y
prosa
No soy nada.
Nunca, nada.
Yo no sé de goteras y tampoco de corazas.
No me calan las tormentas que hay en mis pestañas.
No soy persona de promesas por miedo a no cumplirlas.
He aprendido a no contar balas regalándome besos.
Soy un Viernes cualquiera en Diciembre.
Soy corriente y no marea.
Soy mar, y montaña.
Y cielo. Y árbol.
Y no, nunca colibrí;
Fénix.
Sobre todo soy yo, y soy feliz.
Nunca nada más.
¿Que a qué quiero llegar con esto?
No lo sé. A ver que sacáis.
Como siempre, mucho amor.
Volad muy lejos.
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