Querido J.:
Ayer abrí los ojos y no estabas.
Eché a volar, deprisa, asustada y temblando por las calles, con la esperanza de volver a verte pronto. Pregunté por ti en todas las esquinas y los bares, y miré a todo el que se cruzaba por la calle con ojos tristes por si alguno eras tú y yo no lo sabía. Me junté con todos los gatos de la ciudad buscándote, y nada. Nadie sabía nada.
Estoy cansada de tus idas J.
He salido tantas veces a la calle y me he perdido en tantas ciudades desconocidas por ti, que ya he perdido la cuenta. He gastado tanta tinta para escribirte carta con cada una de ellas, que tengo las manos negras a juego con un corazón de sentimientos emborronados. Hoy no te veo J. y hoy no te siento.
No quiero volar más asustada y no quiero conocer ciudades pensando sólo en tu nombre.
Quiero gritar el mío en ellas.
Voy a quitarme toda esta tinta de encima y tú vas a tener que buscar a otra persona que vuele por ti ciudades enteras, porque esta es la última J.
Te escribo esto con lágrimas en el pecho y no voy a dejarlas salir.
No te quiero,
no te siento,
y no te conozco.
J., como siempre, un completo desconocido.
Hasta nunca J.
-Florencia iluminada por Junio y unos completos desconocidos- |
Me encantaría hablar con vosotros de vuestro propio J.,
o de los conocidos que os resultan completamente desconocidos
¿Qué os gusta o no de ellos?
(Yo tengo muy claro lo que me gusta de J.)
Me gustaría hablar con vosotros de lo que sea.
Os voy a invitar a contarlo en mi correo o en los comentarios
- lunxtica@gmail.com -
¡Espero sorpresas!
Nos leemos pronto, pajaritos.
Queridísimo Jota:
ResponderEliminarPor gilipollas ahora vas a tener que enterarte de que mi nena va ligando con cada pestañeo, chaval. Y que tú no eres quién la coge de la cintura.
Un besazo,
(para mi bonito Fénix),
de parte de su chica multinombres.